Movilh: 19 años a favor de las minorías sexuales en Chile

NotiEse
*Entrevista con Rolando Jiménez, presidente del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual en Chile
Guillermo Montalvo
México DF, noviembre 22 de 2010.

A casi dos décadas de su fundación, el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) mantiene vigente su objetivo de apoyar y defender a las minorías sexuales chilenas.

Se trata de la organización lésbico, gay, bisexual, travesti, transgénero más importante de Chile, la cual ha tenido como una de sus metas principales, desde su fundación el 28 de junio de 1991, “visualizar la realidad de lesbianas, gays, bisexuales, trasgéneros y transexuales”.

Rolando Jiménez, actual presidente del Movilh habla a NotieSe acerca de la apertura manifestada por la sociedad chilena con respecto a la diversidad sexual a lo largo de estos casi 20 años:

“La realidad de la diversidad sexual ya es cercana a la mayoría de los chilenos y chilenas, quienes, según diversos estudios, reconocen la existencia de la homofobia y la transfobia y las rechazan. Así por ejemplo, la mayoría se muestra a favor de la unión civil entre homosexuales o la ley contra la discriminación, aún cuando no han sido aprobadas”.

Sin embargo, Jiménez explica que dicha apertura está llena de contradicciones, pues al mismo tiempo la mayoría de los chilenos rechaza el matrimonio o la adopción entre personas del mismo sexo, o tiene una apertura ambivalente, en el sentido de que aceptan mientras la realidad de la diversidad sexual sea lejana al «yo», mientras “no me involucre directamente». “Sin duda el desafío es ahora erradicar estas ambivalencias”.

El promotor de los derechos humanos de las minorías sexuales ha estado involucrado en el Movilh desde su fundación, al igual que muchos de sus principales integrantes, quienes ya se encontraban familiarizados con la lucha social, en ese entonces, dedicada a la recuperación de la democracia en Chile, que estaba bajo el régimen del dictador Augusto Pinochet.

“Durante la dictadura, la discusión sobre las orientaciones sexuales o las identidades de género era prácticamente invisible, ni siquiera era de interés de los organismos de derechos humanos existentes en la época. En las escasas, por no decir nulas, oportunidades cuando en los espacios públicos o privados se hablaba de homosexualidad o transexualidad, los referentes eran sacerdotes, psicólogos o psiquiatras y agentes del Estado, que consideraban a estas realidades como un pecado, una enfermedad o un delito, en forma respectiva.

Sin lugar a dudas, se puede decir que 99.9 por ciento de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales estaban en el armario, con un fuerte temor a que se descubrieran sus identidades, con dobles vidas y con un Estado, una cultura y una sociedad 100 por ciento homofóbicos y transfóbicos”.

Entrevistado vía correo electrónico, el presidente del Movilh reconoce que a pesar de la relativa apertura de la sociedad chilena a la diversidad sexual, en el plano estatal las cosas no han cambiado mucho, pues la discriminación aún es brutal, pues existe indiferencia a los derechos humanos de las minorías sexuales, y cuando las autoridades manifiestan interés por el tema, éste queda únicamente en el plano discursivo.

A pesar de esto, el trabajo ha sido contante durante estos 19 años por parte del Movilh, con la realización de distintas actividades, tales como la intervención jurídica y psicológica en casos de discriminación por orientación sexual o identidad de género, así como la organización de marchas y manifestaciones con demandas a favor de la equidad social.

Precisamente el pasado 13 de noviembre tuvo lugar, en Santiago de Chile, la V Edición del Gay Parade Chile- Open Mind Fest, evento que logró convocar a 40 mil personas, y superar la asistencia de ediciones anteriores.

“Fue un momento emocionante, único. En un país donde todavía las fuerzas policiales detienen a personas homosexuales o transexuales por expresar su afecto en público, el hecho de que 40 mil salgan a la calle, frente al Palacio de La Moneda, a decir que existimos y que merecemos igualdad de derechos, muestra que nuestra sociedad ha mejorado, aún cuando quede mucho por hacer”, explicó Jiménez.

Durante su existencia, el Movilh ha conseguido la entrada en vigor de normas jurídicas municipales contra la discriminación, derogar la penalización de las relaciones sexuales entre adultos homosexuales y aprobar reglamentos contra el bulling homofóbico, razón por la que en 2004 esta organización fue reconocida y validada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, en su informe “Desarrollo Humano en Chile. El poder: ¿para quién, para qué?”.

Rolando Jiménez reconoce que la mayoría de los movimientos de la diversidad sexual de la región están mucho mejor que en Chile, ya sea porque algunas naciones cuentan con leyes contra la discriminación, de unión civil, matrimonio o de políticas públicas focalizadas en la diversidad sexual.

En torno a los avances obtenidos por gays y lesbianas en otros países latinoamericanos, Jiménez opina que Argentina y el Distrito Federal de México están a la vanguardia sobre derechos humanos para lesbianas, gays, bisexuales y transexuales, con las aprobaciones de las leyes de matrimonio, lo cual los perfila como un ejemplo para toda América Latina y también como una esperanza de que son posibles los cambios de fondo.

Por último, Jiménez espera que los logros obtenidos en otros países de la región, el trabajo constante de las organizaciones de la diversidad sexual y el cambio generacional positivo que vive actualmente Chile, arrojen en un futuro próximo noticias positivas en materia de igualdad social y legal plena para ese país sudamericano.

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