Cristianos, mormones, musulmanes y judíos homosexuales han formado comunidades de apoyo para superar la supuesta contradicción entre su orientación sexual y sus prácticas religiosas. Oponiéndose a las jerarquías y ortodoxias, se organizan a nivel internacional, desarrollan encuentros, producción teórica y activismo, cuya base siempre es el amor por el prójimo.
“Cuando nos unimos como personas no heterosexuales en torno a nuestro credo, estamos diciéndole a la Iglesia: “Mírennos, existimos”. Nosotros decimos que existimos y reclamos nuestro propio lugar dentro de lo que es la gran tradición religiosa, social y cultural mormona”, explica Brus Leguás, presidente de Afirmación Chile (en la foto de encabezado), organización nacida en Salt Lake City, capital del mormonismo mundial, como reacción a la actitud homofóbica que tomó esta Iglesia, aún cuando en sus comienzos “era muy abierta en materia sexual”, afirma.
Afirmación es un grupo de apoyo, en el que participan también familiares y amigos de mormones gays y mormonas lesbianas; y, en el caso de Chile, también algunos católicos, evangélicos y testigos de Jehová. “La homosexualidad y el Evangelio de Jesucristo no son incompatibles, por lo tanto no hay objeción válida en cuanto a unirse en torno a nuestro credo”, indica el también exegeta de las sagradas escrituras.
Leguás ha analizado varios de los pasajes en que los que supuestamente se condenaría la homosexualidad, lo que visto en contexto no sería así, como en Deuteronomio 23:17, 18; Levítico 18:22; 20:13; Romanos 1:26, 27; 1 Corintios 6:9, 10; 1 Timoteo 1:10, además del relato de la destrucción de Sodoma, Gomorra y las otras ciudades de la llanura baja, en el capítulo 19 de Génesis. Estos análisis son compartidos por varios estudiosos.
En Internet, una de los sitios más completos es el de Cristianos Gays, que funciona como un portal con más de dos mil miembros y reúne virtualmente organizaciones LGBT religiosas del mundo. Sus administradores comentan que la Iglesia de base, “en general, nos trata muy bien; y la jerarquía, salvo honrosas excepciones, se alinea en una línea homófoba, especialmente desde la subida al “trono” de Benedicto XVI”.
Cristianos Gays y Lesbianas de Argentina (Cegla), nació en 2002, para acompañar y ayudar a integrar fe con sexualidad a homosexuales cristianos. Han trabajado junto a iglesias evangélicas de raíz Luterana, Valdenses, Menonitas, Reformadas y algunas Metodistas, y el año pasado, colaboraron en el proceso previo a la promulgación de la ley de Matrimonio Igualitario, comenta Ezequiel Martin, miembro.
También concuerda en que no existe fundamento bíblico que los desapruebe, ya que “en ninguna parte se condenan las relaciones responsables de amor y compromiso entre personas adultas del mismo sexo”.
LA OTRA FAMILIA
Por otro lado, la concepción de familia también ha entrado en mutación. En el contexto de la realización de la IV Convención de Familias por la Diversidad Sexual que se realizó en Santiago en año 2010, y que contó con la participación de delegaciones de 25 países, un grupo de padres y madres constituyeron Fadisex (antes, “Madres de Gay en Acción”).
“Hoy se está abriendo el debate en torno al significado de ser y hacer familia, por lo que el Estado tendrá que hacerse cargo de estas nuevas configuraciones. Las familias, en nuestra opinión, se constituyen independientemente de la existencia de niños, por lo que una pareja sola perfectamente constituye una unidad familiar”, señalan Marco Becerra, presidente de AcciónGay, organización que acoge las reuniones de Fadisex.
Leguás, de Afirmación, añade: “En la historia ha habido muchos célibes, que no han producido hijos, pero no por eso han sido condenados Las personas no heterosexuales también podemos formar familias, estables y benéficas, y basadas en principios superiores”.
BUDISMO, JUDAISMO, ISLAM
Como señala el venerable Punnadhammo Bhikkhu, de la escuela Theravadala, la ética budista no aborda la cuestión de la homosexualidad. “Para el monje, la posición ética es clara: Toda clase de actividad sexual con cualquier clase de pareja está explícitamente prohibida”.
Para el budista laico, la ética sexual requiere la “abstención de la conducta sexual incorrecta”, es decir, abstenerse del sexo con “parejas inapropiadas”: Muchachas menores de edad, mujeres comprometidas o casadas y mujeres que han hecho votos de celibato religioso.
“No hay ninguna buena razón para suponer que las relaciones homosexuales que no violen este principio deban tratarse de manera diferente”, explica el monje.
Respecto al matrimonio, “puesto que las personas homosexuales que desean casarse serían, presumiblemente, monógamas y no promiscuas, esto debe ser visto como un acontecimiento positivo”, concluye.
En el caso del judaísmo, los ultraconservadores ven la homosexualidad como robar o matar, y es uno de los tres pecados más graves. Sin embargo, decenas de rabinos ortodoxos de Estados Unidos firmaron este año una declaración en la que instan a sus comunidades a aceptar miembros homosexuales y a no obligarlos a “terapias de cambio” o a casarse con alguien del sexo opuesto.
En México, Shalom Amigos, presidido actualmente por Luis Perelman, lleva 13 años de actividades calificadas por ellos mismos de “discretas”. Desde 1999 están presentes en la marcha del orgullo lésbico-gay, pero con discreción, y hace tres años organizaron el primer encuentro latinoamericano de judíos gays en la ciudad de México.
La realidad en el mundo musulmán es preocupante. A principios de 2000, 26 países islámicos condenan la homosexualidad con cárcel o pena de muerte. Irán, Arabia Saudí y el Afganistán de los talibanes dominaron las ejecuciones.
Por su parte, para Amanullah De Sondy, musulmán paquistaní y profesor de Teología en la Universidad de Glasgow, la tradición islámica está llena de varones atípicos, incluso de venerables santos que llevaron estilos de vida abiertamente “afeminados”.
Respecto a la homosexualidad, De Sondy cree que es perfectamente compatible con el islam. “Lo importante es vincular la homosexualidad con una vida buena y contribuir a crear una buena sociedad”, dice.
Moulana Muhsin Hendricks y Daayiee Abdullah son los únicos imanes abiertamente gays. El primero fundó hace 13 años, The Inner Circle, con base en Ciudad del Cabo (Sudáfrica) y hace un tiempo la única organización LGTB musulmana internacional. También existe, entre otras, la francesa HM2F, la belga Merhaba, la marroquí Kifkif o la argelina Abu Nawas, varias en la clandestinidad en sus países.
Por Cristóbal Cornejo
El Ciudadano Impreso Nº 107, primera quincena de agosto, 2011